Por Redacción

La taurina es poco común porque a diferencia de otros aminoácidos no se usa como un bloque productor de proteína; por eso la llamamos un aminoácido “libre”.

En la actualidad los riesgos de la salud están determinados por los epidemiólogos que son los que calculan las posibilidades de vida en todo lo relacionado con ciertos factores o aspectos que pueden predecir los riesgos de las personas.

En el contexto de la investigación la epidemiología es un trabajo de detectives. Por lo general empiezan con una enfermedad u otro fenómeno relacionado con la salud y preguntan por qué un grupo de personas lo tienen o por qué no lo tiene. Con frecuencia el énfasis se pone en la comida o en los hábitos relacionados con la misma.

Es así como se ha investigado porque algunos aminoácidos, vitaminas o minerales son vitales para mantener un mejor estado de salud y donde obtenerlos.

En 1827, se descubrió un aminoácido poco común y fue encontrado en la bilis. Bostaurus. Los descubridores lo nombraron taurina, por taurus, el toro.

La taurina es poco común porque a diferencia de otros aminoácidos no se usa como un bloque productor de proteína; por eso la llamamos un aminoácido “libre”. Durante ciento cincuenta años aproximadamente los científicos pensaron que sólo era un componente de la bilis.

Otra de sus particularidades es que no es un aminoácido esencial, y es sintetizado por el organismo a partir de la cisteína y la metionina (otros dos aminoácidos), con el aporte de la vitamina B6. Existe también en algunas proteínas animales. Contiene azufre (igual que la cisteína y la metionina), y es un componente de la bilis, participa en la digestión de las grasas y mantiene el nivel de solubilidad del colesterol. Interviene, asociada al zinc, en el proceso de la visión. Contribuye a mantener el equilibrio calcio/potasio, en el músculo cardiaco.

El hígado produce ácidos biliares, los cuales pasan por la vesícula hacia nuestro sistema digestivo, para digerir la grasa. Los ácidos biliares son detergentes naturales que nos ayudan a digerir la grasa de la diete de la misma manera en que los detergentes caseros disuelven las grasas de los platos. Como la taurina es un componente de la bilis, la mayoría de los científicos supusieron que era sólo otro emulsionado natural, por lo que nadie le prestó mucha atención. En 1975 apareció un artículo en la revista Science titulado “Degeneración de la retina asociado con la deficiencia de taurina en el “gato”. Este artículo reportó que los gatos quedan ciegos cuando sus dietas eran deficientes en taurina. Eso provocó sospechas acerca del papel de la taurina y se hicieron estudios adicionales en los seres humanos. Se crearon changos y bebés con una deficiencia de taurina y con fórmula infantil humana. Y con toda seguridad desarrollaron la misma degeneración en el tejido ocular visto anteriormente en los gatos. Al mismo tiempo se publicó una investigación que mostraba que algunos bebés prematuros desarrollaban síntomas similares. Los bebés con una condición intestinal conocida como el síndrome del lazo ciego muestran los mismos síntomas en los tejidos. Como el nombre  implica, una parte grande del intestino está desviada y los nutrientes no son absorbidos. En este caso el nutriente venía en la leche materna. Estas observaciones confirmaron que la taurina no es sólo un detergente natural, como pensaban los científicos, sino un nutriente muy importante. Cualquier alimento que se relacione con el desarrollo de los tejidos visuales merece verse con detenimiento. Desde que se publicó el primer estudio en 1975 de la taurina se han realizado más de dos mil seiscientos artículos científicos sobre la taurina.

Nuestro cuerpo contiene alrededor de 15 gramos o la mitad de una onza de taurina aproximadamente. Eso nos hace alrededor del 0,02 por ciento de taurina por peso. Tres cuartas partes de esta cantidad esta en nuestros músculos. La cantidad que perdemos cada día varía de acuerdo a cuanto obtenemos de nuestra dieta y a la calidad de dicha proteína. Aunque podemos obtener taurina en forma directa de la carne, nuestro cuerpo produce la mayor parte de la taurina que necesitamos. Se forma con un aminoácido que contiene azufre, la cisteína, la cual obtenemos de la proteína. La cisteína, un aminoácido esencial con frecuencia se encuentra en cantidades limitadas en la proteína. Las mejores fuentes de cisteína son las proteínas de origen animal, incluyendo los lácteos, aunque también hay algunas fuentes de los vegetales como la soya, frijoles, nueces, champiñones tofu, arroz y principalmente en la carne y aves de corral, pescados y mariscos (mejillones, ostra), moluscos (caracol). También se vende en comercios naturistas.

Las glándulas pituitaria y pineal se localizan juntas en el cerebro y producen muchas hormonas que regulan el crecimiento, el desarrollo, el metabolismo, el equilibrio del agua y otras funciones corporales. Sí alguna de estas glándulas funciona mal los resultados pueden ser desastrosos.

Como persona adulta el hígado, cerebro y otros órganos contienen alrededor de la mitad de concentración de la taurina que tenían al nacimiento. Altas concentraciones de taurina en estos tejidos al nacimiento ilustran una necesidad en el desarrollo que disminuye con la edad, como sugieren las últimas concentraciones. Sin embargo su concentración en estos mismos tejidos en adultos indica que la taurina tiene un papel importante en la salud.

Enfermedad cardiovascular: se han obtenido resultados en casos de falla cardiaca congestiva. Algunos casos han sido clasificados como el resultado de deficiencia de taurina.

Fibrosis Quística: Es una enfermedad que resulta de la falta de habilidad de un paciente para absorber la grasa. La taurina tiene un efecto terapéutico positivo, pues reúne los síntomas de la mala absorción de grasa.

Desórdenes del hígado en la hepatitis: la taurina ha sido efectiva para reducir los síntomas, y acelerar la recuperación del hígado.

Tratamiento de los cálculos biliares: el suplemento de taurina ayuda a retirar el colesterol residual y reduce la formación de cálculos biliares.

Distrofia miotónica: un trastorno heredado en el cual los músculos se contraen correctamente, pero no se relajan, caracterizado por una duración de vida reducida y complicaciones serias. La taurina produce una mejoría significativa. Se sospecha que estas enfermedades tienen algunos aspectos de disfunción de taurina.

El alcoholismo causa una excreción excesiva de taurina.

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